FONDO EUROPEO DE INVERSIONES
ESTRATÉGICAS
Encendiendo el motor de la
economía europea?
La Comisión Europea aprobó a
finales del año pasado un plan de inversiones con el objetivo de
reanimar la economía europea mediante el estímulo de la acción
pública. La UE espera que este plan esté operativo a mediados del
2015. Mas conocido como plan Juncker de inversiones, este
programa se basa en 3 puntos:
- Creación de un nuevo Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), garantizado con dinero público y destinado a movilizar al menos 315. 000 millones EUR de inversiones adicionales a lo largo de los próximos tres años (2015-2017);
- la creación de una reserva de proyectos creíble, junto con un programa de ayuda para canalizar las inversiones hacia donde más se necesitan;
- una agenda económica ambiciosa con el fin de que Europa resulte más atractiva para la inversión y de eliminar los obstáculos normativos.
Descripción
del programa
Este
plan destinará 21.000 millones de euros de dinero público
esperando obtener un multiplicador de 1:15 en inversiones reales
hasta alcanzar la cifra anunciada. El BEI gestionará esos 21.000
millones iniciales, lo que le permitirá captar más fondos en los
mercados financieros mediante la emisión de bonos y conceder
préstamos hasta 63.000 millones de euros. El resto debe provenir de
inversiones privadas o de los propios Estados miembros que se
beneficiarían de condiciones ventajosas en los prestamos animándoles
a tomar riesgos.
El
planteamiento económico de la Comisión, una vez que ha
reconocido que no falta crédito en la economía, es que falta el
ánimo a la inversión, por lo que quieren rebajar las
condiciones crediticias para animar a los empresarios a asumir mas
riesgos.
El
origen de esta medida
La
política económica europea, fuertemente endeudada, está
siendo desacreditada por muchos economistas por pecar de
“austeridad”. Este plan de inversiones, junto al plan
de compra de bonos o Plan Draghi, trata mediante políticas
expansivas incentivar el crecimiento económico de los países
miembros de la UE y del Euro.
En
palabras del propio Juncker : «Si Europa invierte más, será
más prospera y creará más puestos de trabajo; es tan simple como
eso. El Plan de Inversiones que presentamos en
estrecha colaboración con el Banco Europeo de Inversiones es una
manera ambiciosa y nueva de impulsar las inversiones sin generar
nuevo endeudamiento. Es el momento de invertir en el futuro, en
ámbitos estratégicos clave para Europa como la energía, el
transporte, la banda ancha, la educación, la investigación y la
innovación. Cuento con que los Estados miembros y el Parlamento
Europeo se impliquen y hagan todo lo posible para crear el nuevo
Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas y para que empiece a
funcionar tan pronto como sea posible. Europa necesita un impulso y
hoy lo estamos haciendo posible»
Aproximación
al modelo económico europeo: crédito y deuda
Crédito
es una palabra que suele tener connotaciones positivas en economía,
mientras que a la palabra deuda le pasa lo contrario. Todos queremos
tener crédito, pero nadie quiere estar endeudado. Y sin embargo,
crédito y deuda son dos conceptos indisolubles, cuando se
defiende que debe fluir el crédito, lo que se está diciendo es que
tiene que aumentar la deuda.
Por
un lado los economistas nos dicen que el crédito es bueno, pero
también nos dicen que la deuda es mala. Esta confusión
quizá también alcance a los políticos europeos en tanto que tratan
de abordar el problema del exceso de deuda de la economía europea
con más crédito.
El
crédito es una situación previa, una facultad o ventaja de la que
alguien puede disponer. La deuda implica haber hecho uso del crédito.
Usar la facultad de crédito siempre entraña el riesgo de no poder
devolver la deuda. Ese riesgo debe de ser ponderado libremente por el
prestatatario y prestamista y deben ser responsables de sus
decisiones. A la hora de valorar ese riesgo interviene la
subjetividad; se puede ser austero, prudente, o arriesgado sobre
datos objetivos de la situación del mercado.
Las
políticas expansivas que tratan de aumentar la demanda agregada
conllevan el riesgo de que la ponderación por parte de los actores
económicos del riesgo sea errónea.
Al fijar el tipo de interés del dinero artificialmente o poner
condiciones crediticias mas ventajosas a las del mercado, prestatario
y prestamista pueden incurrir en riesgos excesivos, y convertir una
situación positiva - capacidad para prestar, crédito- en una
situación negativa- deuda que no puede pagarse. Esta es precisamente
la situación en la que nos encontramos hoy en día en Europa. Una
economía sobreendeudada con exceso de infraestructuras en relación
a su demanda.
El
plan Juncker de Inversiones es una política expansiva que trata de
aumentar la demanda agregada por la concesión de créditos en
situaciones ventajosas para la construcción de más
infraestructuras. Pero mientras la demanda real, sin estímulos, no
sea capaz de hacer rentables las infraestructuras ya existentes no
parece que tenga mucho sentido tratar de animar la demanda agregada
incidiendo en la oferta.
La
mejor manera de que la gente consuma y ahorre es que aumente su renta
disponible. Para ello es
necesario que se rebajen significativamente los impuestos en la UE,
algo posible si se renuncia a políticas expansivas que tratan de
engordar artificialmente la demanda. La única manera de que los
empleos sean sostenibles es que vengan de actividades empresariales
que no han subestimado el riesgo de sus operaciones, que no respondan
a una demanda agregada “artificial”. Solo los empleos
que se creen de proyectos viables consolidaran la demanda.
EEUU
se está poniendo de ejemplo por usar políticas expansivas, pero no
olvidemos que en EEUU el gasto público es muy inferior en porcentaje
del PIB al Europeo y está disminuyendo mientras que en Europa sigue
aumentando. Es difícil sostener que las economías europeas están
ahogadas por la austeridad cuando el gasto público no ha dejado de
aumentar, con la consiguiente subida de impuestos. En todo caso
estarán ahogadas por la excesiva carga fiscal, en torno al 40 % del
PIB de media en la UE.
A
la hora de evaluar el plan Juncker se vuelve a la vieja discusión de
si la inversión tiene que venir del sector público o del sector
privado, del ahorro de la gente. Es decir, si la gente dispone del
dinero libremente para gastarlo en lo que necesita, o si se lo damos
al gobierno mediante impuestos para que decida en que planes de
estimulo ha de invertirlo y altere la ponderación de riesgos de los
emprendedores y / o ahorradores.
Atraer
inversión
El
tercer punto del programa Juncker apuesta por facilitar la inversión
eliminando obstáculos normativos. Esta sea quizá la medida más
interesante de cara al desarrollo de la economía europea. No en vano
esa es la esencia del proyecto económico europeo. Una simplificación
del acervo comunitario y reducción normativa que busque la claridad
sería deseable para que las empresas europeas puedan competir y
desarrollarse. La claridad normativa y la libertad de
acceso al mercado pueden ser más eficientes para favorecer la
inversión que cualquier plan artificial de estímulo.
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