por Doris
Deltell Domingo
La Unión
Europea (EU) es el segundo socio comercial más importante en la
región Latinoamericana y Caribe (LAC) detrás de EEUU, y es uno de
los principales proveedores de ayuda en cooperación para el
desarrollo. Sin embargo, aunque los vínculos económicos y lazos
históricos entre la UE y LAC son indiscutibles, todavía hay un gran
camino por recorrer a nivel social, cultural y científico. Ambas
regiones comparten muchos parentescos, valores e intereses pero
carecen de una visión en común.
Por separado
países de la Unión Europea comparten desde hace tiempo relaciones
bilaterales con diferentes países en LAC. Igualmente, la UE ha
mantenido una serie de diálogos con subregiones como Mercosur o la
Comunidad Andina. No obstante, las relaciones a nivel birregional
están todavía muy verdes. La asociación estratégica entre la UE y
LAC se puso en marcha en la primera cumbre en Rio de Janeiro hace 16
años y recientemente ha evolucionado en la asociación UE-CELAC
(Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)1.
En 2010, las
dos regiones decidieron poner en marcha un Plan de Acción para
identificar instrumentos y actividades que “si se realizan
correctamente, deberían ofrecer resultados concretos que garanticen
implicación y desarrollo de capacidades”2
en varios ámbitos, como en ciencia, investigación, innovación y
tecnología. Además, en esta cumbre de Madrid en 2010 adoptaron la
Iniciativa Conjunta para la Investigación y la Innovación entre la
UE y LAC.
En junio de
este año, Bruselas acogerá la segunda Cumbre regional entre UE y
CELAC bajo el lema: “Forjando nuestro futuro en común: trabajando
para conseguir sociedades prosperas, cohesionadas y sostenibles para
nuestros ciudadanos”3.
Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para
Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidenta de la
Comisión Europea, expuso en su discurso en la sesión de apertura
del fórum de Sociedad Civil del UE-CELAC que su prioridad para esta
cita está muy clara: “la Cumbre debe servir para relanzar nuestras
relaciones e introducir de manera conjunta una nueva dinámica”4.
Nos ha tocado un mundo muy caótico y estas dos regiones no son excepciones: la crisis europea, la corrupción, la situación en Ucrania, la inestabilidad venezolana o la extensión del narcotráfico, los Estados fallidos, las negociaciones entre el gobierno colombiano y las FARC, la amenaza del terrorismo… Ante todos estos desafíos y teniendo en cuenta que el conjunto de la UE y la CELAC representan sesenta y un Estados, alrededor de un tercio de los miembros de las Naciones Unidas y más de mil millones de ciudadanos5, una visión común es necesaria.
Y es necesaria
ahora. Estos acercamientos llegan siempre llenos de promesas y
palabras que se repiten en todas las conferencias y discursos. En una
era donde la geopolítica sigue siendo fundamental no parece una mala
idea seguir desarrollando estas relaciones pero no podemos tardar
otros 16 años. El mundo cambia demasiado rápido, tenemos acceso
inmediato a la información pero no siempre podemos adaptarnos. Los
mecanismos y grupos de trabajo que se crearán en la Cumbre en junio
son muestras de una proyección de futuro en común pero hay que
agilizar los protocolos, la diplomacia y las acciones porque aunque
seamos las dos regiones más afines del mundo, si no nos ponemos las
pilas para cuando lleguemos a realizar proyectos palpables, los retos
actuales serán otros y entonces habremos llegado tarde y con las
soluciones equivocadas.
1
La CELAC es un organismo intergubernamental de ámbito regional
creado en 2010 que promueve la integración
y desarrollo de los
países
latinoamericanos y caribeños.
3
http://www.eeas.europa.eu/lac/index_en.htm
4
http://eeas.europa.eu/statements-eeas/2015/150319_01_en.htm
5
http://eeas.europa.eu/statements-eeas/2015/150319_01_en.htm
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